A finales del siglo IV a. C. Epicuro fundo una escuela filosofica del todo opuesta al idealismo platonico imperante. Desde una perspectiva mucho mas empirica y natural, su doctrina reivindico el papel de los sentidos (unica fuente de sabiduria posible) y la busqueda del placer para alcanzar la felicidad (unico objetivo final). Este hedonismo, sin embargo, debia acompañarse de cierta etica, capaz de distinguir placeres buenos (o naturales, como comer o dormir) y malos (o innecesarios y vanos, como beber sin sed o buscar la lujuria). De aqui la necesidad de la filosofia, cuya practica defendio Epicuro durante toda la vida: porque para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni demasiado viejo ni demasiado joven.